Fase 2: Diseño e ingeniería

En SMARMEC, todas las fases del proceso de producción se ejecutan con total cuidado para satisfacer las exigencias de nuestros clientes. Somos expertos en calderería avanzada y en la integración en ella de soluciones tecnológicas para máquinas inteligentes de sectores como el vending, ticketing, puntos de información, autómatas de venta y electromedicina. Sabemos por experiencia que es crucial poner el máximo empeño en cada uno de los pasos para ofrecer el producto que más se adecúe a las ideas del cliente.

La fase de Diseño e Ingeniería se divide en dos etapas. La primera es la del diseño conceptual del producto. Se sientan sus bases fundamentales y se trabaja teniendo en cuenta las especificaciones del cliente. Así pues, se definen los materiales que se utilizarán, el concepto de los mecanismos mediante los que va a funcionar, su estética, cómo lo utilizará el usuario final… Se trata de un trabajo creativo que, sin embargo, no debe alejarse de la funcionalidad y los requisitos del cliente.

La segunda etapa es la del diseño industrial o de ingeniería. Este es un trabajo centrado en concretar lo pensado y decidido en la etapa anterior: se fijan dimensiones y medidas, se crean maquetas y planos generales, se definen elementos comerciales, procesos de fabricación y costes. 

Ambas etapas se deben desarrollar en paralelo, con el fin de retroalimentarse. De esta manera se evitan diseños finales que superen el coste máximo fijado o tecnologías integradas que no encajen con la estética ideada.

Ya lo comentábamos en el post anterior sobre la fase 1: Definición de Objetivos, todas las fases son importantes, pero cada una aporta un valor clave. Así como la Fase 1 es crucial por lograr concretar el plan de negocio idóneo, la Fase 2 se caracteriza por establecer la base estética, funcional y tecnológica.

Hablamos de un buen diseño cuando se cumple con las exigencias y el modelo de negocio, en definitiva, cuando el cliente se siente satisfecho. Por el contrario, si en esta segunda fase no se consigue ajustar el diseño conceptual a los objetivos marcados, el proyecto tendrá pocas posibilidades de éxito.

Aunque las dos etapas de esta fase están completamente ligadas, los profesionales que participan en ellas realizan labores totalmente distintas. Para el diseño conceptual se necesita personal con un alto grado de creatividad; en cambio, para el apartado de ingeniería se requiere una base técnica robusta.

Otro agente importante es el cliente, cuya función es la de validar. Establece unos determinados hitos que debemos cumplir para garantizar su aprobación. Su función es importante ya que al dar el visto bueno al diseño, tanto conceptual como industrial, evitamos tener que empezar de cero por posibles errores.

Recientemente hemos trabajado con la marca RETAbet en un proyecto en el cual la fase de Diseño e Ingeniería ha sido crucial. Conseguimos realizar un diseño exitoso, combinando funcionalidad con una bonita estética. El resultado ha sido muy bien valorado, lo cual ha abierto nuevas posibilidades de negocio a nuestro cliente.